Por Rocío Montalbán Carrasco. Subdirectora General de Transformación Digital y Relaciones con los Usuarios, Vocal de ASTIC. Consejería de Sanidad de Cantabria.
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La pirámide de Maslov representa las necesidades humanas como una pirámide con varios niveles que nos ayuda a comprender las motivaciones individuales. Cuando vemos peligrar las necesidades de seguridad y protección, como ha ocurrido durante la pandemia del COVID19, surge un nuevo entorno para los gobiernos y las organizaciones públicas, que deben adaptarse a las nuevas condiciones. Ha sido necesaria la adopción de soluciones digitales y tecnología emergente para responder al ritmo acelerado de toma de decisiones, a las exigencias de cobertura social y a las demandas de los ciudadanos.
Durante este periodo de incertidumbre se han vuelto a priorizar necesidades más básicas en toda la sociedad, adoptando distintas culturas una aproximación diferente entre la protección de la salud y la protección de los datos. El sector sanitario ha resultado especialmente expuesto, pero también muchos otros ámbitos han vivido un exceso de necesidad de información y de nuevos servicios digitales que han sido esenciales durante la pandemia. Cabe destacar la cobertura de prestaciones sociales, en los que la tecnología ha supuesto un factor clave para adaptarse a las exigencias del momento.
En esta edición de Asticnet tuvo lugar, a través de la mesa redonda “Inteligencia Artificial, su marco normativo y ético, las experiencias y las perspectivas”, un amplio consenso acerca de las posibilidades de mejora de los servicios públicos a partir de las tecnologías de Inteligencia artificial y su potencial como transformador de los servicios, unidos al uso de grandes volúmenes de datos.
El debate giró en torno a iniciativas reales que están liderando diferentes organismos, contando con la participación del Director General de Digitalización e Inteligencia Artificial (D. Salvador Estevan Martínez), del Gerente de Informática de la Seguridad Social (D. Carlos Escudero Rivas), de la Directora de la Agencia Española de Protección de Datos (Dña. Mar España Martí), de la Directora General de Salud Digital y Sistemas de Información para el Sistema Nacional de Salud (Dña. Noemí Civicos Villa) y del Director para el sector público de la empresa tecnológica Pegasystems (D. Paco Lova).
Se puso de manifiesto cómo, para avanzar hacia una digitalización de los procesos con garantías, es imprescindible un marco normativo conciso y la salvaguarda de unos principios éticos y de protección para la aplicación y supervisión de los algoritmos de inteligencia artificial. La directora de la Agencia Española de Protección de Datos, Mar Martí, explicó su rol de colaboración con las Administraciones públicas para construir ese marco de confianza. En particular, todos coincidieron en el valor del asesoramiento prestado en el marco de la pandemia COVID para encontrar un compromiso entre el tratamiento de datos de salud y la protección de datos, que resultó esencial y prolijo en generación de materiales de apoyo que se traducen en guías, informes, herramientas y otros contenidos disponibles a través de la página web de la Agencia.
El estado de alarma supuso el diseño e implementación de nuevos sistemas de información dentro del sistema sanitario público y del sistema de la seguridad social, para la gestión de grandes volúmenes de datos que permitieron el seguimiento de indicadores sanitarios y la toma de decisiones. Anualmente el Sistema Nacional de Salud, atiende 234 millones de consultas médicas de atención primaria, 83 millones de consultas hospitalarias, 4 millones de ingresos hospitalarios y 23 millones de urgencias. Del uso de estos datos, tanto con fines asistenciales como de investigación, y de la coordinación que desde el Ministerio de Sanidad se hace con las Comunidades Autónomas, nos habló Noemí Civicos.
Por otro lado, entre los trámites que más se han simplificado durante este periodo, se encuentran los de prestaciones sociales que ha implementado la Gerencia Informática de la Seguridad Social, liderada por Carlos Escudero, utilizando técnicas de analítica avanzada e inteligencia artificial. Más de un millón de personas perciben el Ingreso Mínimo Vital, una prestación destinada a los hogares vulnerables con escasez o ausencia de ingresos y con un especial enfoque en la protección a la infancia, que puede solicitarse electrónicamente utilizando un asistente al solicitante y simulador que, junto a las herramientas de apoyo a la tramitación han supuesto una gran mejora.
Más allá de la realidad visible de la presencia de la IA en los servicios digitales que ofrecen las entidades públicas y las facilidades que ello implica, surge también la preocupación por la posible vulneración de derechos y libertades, asunto que ocupa especialmente a la Dirección General de Digitalización e Inteligencia Artificial, por su cometido regulador y de impulso de la industria tecnológica, en particular con especial interés en fomentar el desarrollo de la IA. En línea con el Reglamento Europeo de Inteligencia Artificial, y la propia Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial (ENIA), Salvador Estevan expuso las principales iniciativas que se estaban apoyando desde su Dirección.
Por otro lado, Pegasystems aportó, de la mano de su Director Paco Lova, la visión de la Industria, de la necesidad de encontrar casos de uso de implantación de IA para alcanzar objetivos tangibles, tales como mejorar la relación con la ciudadanía o mejorar la eficiencia de los procedimientos administrativos, tanto desde el punto de vista del ciudadano como del empleado público, con una visión positiva del momento actual.
Como se pudo comprobar a lo largo de la mesa de debate, nos encontramos con unas condiciones muy favorables para afrontar el reto de la Recuperación a través de la digitalización y la modernización de los servicios públicos. La Inteligencia Artificial es una de las tecnologías que se está desarrollando con mayor rapidez y está encontrando ámbitos de aplicación en todo el mundo, muy unidos al incremento de datos y las capacidades del procesamiento en nube. Sin embargo, es también una fuente potencial de riesgos si no se respetan determinadas reglas.
Como factores a favor, contamos con liderazgo y apoyo político para la digitalización, una hoja de ruta (la Agenda España Digital 2026 y la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial) y los medios necesarios, tanto tecnológicos gracias a la madurez de una industria madura, como personales al disponer de profesionales TIC altamente cualificados y económicos, a través de los diferentes fondos para la digitalización contemplados en el Plan de Recuperación Transformación y Resiliencia.
En este contexto hemos renovado la ilusión y la ambición de mejorar la relación con los ciudadanos y la eficiencia de nuestros procesos, para lo que la IA supone una aliada. Existe la sensación de urgencia y necesidad, pero el compromiso y los medios para que la aceleración en los proyectos sea compatible con una IA confiable, al servicio del desarrollo económico y social y con los derechos de los ciudadanos como foco de los servicios públicos.
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