Jorge Vázquez, director general de Nutanix Iberia
En este año que ya consume sus últimos días, hemos sido testigos del despegue de la nube híbrida y multicloud. El último estudio de Nutanix Enterprise Cloud Index, apuntaba que la adopción de los modelos multicloud alcanzará un 64% en los próximos tres años y el 83% de los encuestados está de acuerdo en que el modelo híbrido multicloud es el ideal para hacer frente a sus principales retos.
El Gobierno español está alineado con esta tendencia y anunciaba recientemente la nueva Estrategia Nacional de Servicios en la Nube de las Administraciones Públicas. En virtud de este anuncio, el sector público adoptará una infraestructura de nube híbrida, compuesta por una propia de la Administración General del Estado, combinada con la de otras administraciones y proveedores. Este movimiento avala una realidad imparable, el crecimiento y consolidación de las infraestructuras cloud.
La nube es un paso decisivo para nuestra autonomía tecnológica como país. Muchas empresas recurrieron en la pandemia por primera vez a soluciones cloud. Estas mismas organizaciones han comprobado las ventajas en términos de ahorro y eficiencia de este modelo y ya no están dispuestas a volver a infraestructuras tradicionales, más costosas, menos eficaces y que no ayudan a cumplir con el compromiso medioambiental que demanda la sociedad.
La industria del dato
Durante estos últimos dos años, la COVID-19 sacudió el mundo y las entidades públicas aprendieron que la continuidad del negocio es posible fuera de la oficina si cuentan con las herramientas adecuadas. Estamos viendo que las estrategias para centrar la atención en el ciudadano tendrán cada vez más importancia y esto generará una mayor demanda de procesos automatizados y basados en datos.
En España la “industria del dato” ha ido incrementando su peso específico y representa ya el 4% del PIB y en 2025 empleará a 750.000 personas, según datos del Ejecutivo. España ha invertido un 23% más de presupuesto en innovación e investigación que el año pasado, con el objetivo de convertir al país en un hub de innovación y conectividad de referencia en Europa. Algunas previsiones apuntan que hasta el 70% del tráfico de datos entre Estados Unidos y el Viejo Continente pasará por nuestro país.
En este contexto, las tecnologías que marcarán la agenda de las administraciones públicas en 2023 serán los nuevos modelos en la nube, como la nube híbrida y multicloud, las bases de datos como servicio, los modelos de suscripción o el acceso al software como servicio (SaaS), ya que todas ellas aportarán flexibilidad, ayudarán a prestar un mejor servicio al ciudadano, permitirán ahorrar costes (pago por uso) y, por supuesto, priorizarán la eficiencia energética y contribuirán a construir una sociedad más sostenible.
De hecho, instituciones como los Ayuntamientos de Lloret de Mar, Vilafranca del Penedés y Las Rozas, el Centro de Pruebas y Validación (CEPRUVAL) del Ejército de Tierra, la Gerencia de Informática de la Seguridad Social (GISS), la Universidad Pública de Navarra (UPNA) o los Servicios de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM) y Andalucía (SAS), han depositado ya su confianza en este tipo de soluciones, poniendo la eficiencia y la simplicidad al servicio de alumnos, pacientes y ciudadanos en general.
Un esfuerzo de todos
España es un país que ha destacado desde hace una década por el nivel de digitalización de sus servicios y esto se debe, entre otras razones, a la estrecha colaboración entre sector público y privado. La digitalización ha de seguir siempre unas líneas maestras para impedir que algunos colectivos se queden atrás. La inclusión, la cohesión territorial, los derechos digitales y la convergencia con el mundo analógico son básicos para acabar con una brecha digital que permanece, sobre todo entre las pymes. Las infraestructuras cloud van a acabar con esta brecha porque es la tecnología que, desde sus orígenes, ha conseguido democratizar ciertas soluciones y aplicaciones que antes solo estaban al alcance de grandes corporaciones.
Entre los beneficios que aportan estos nuevos modelos en la nube están la seguridad, el coste, la interoperabilidad y la escalabilidad, siendo estos dos últimos muy importantes para todo tipo de instituciones. Y es que las administraciones públicas tienen que poder ampliar y reducir el uso de sus aplicaciones según vaya variando la demanda de los ciudadanos (en función de determinadas campañas o momentos del año). Para conseguirlo, necesitan contar con una infraestructura que sea capaz de mover las cargas de trabajo fácilmente entre nubes y entornos tecnológicos. La flexibilidad y la libertad de elección deben ser un requisito indispensable en los departamentos de TI de estos organismos.
El modelo de suscripción y el acceso al software como servicio (SaaS) es ineludible y lo saben incluso en los ayuntamientos de menos tamaño. Todas las administraciones públicas, independientemente de sus presupuestos o de los recursos con que cuenten sus departamentos de TI, necesitan optimizar costes, y SaaS permite hacerlo.
Otro de los principales desafíos a los que se van a seguir enfrentando las administraciones públicas es ver cómo el volumen de información se duplica cada año y disponer de los medios de almacenamiento necesarios puede llegar a ser algo cada vez más complejo. Cuando el crecimiento es tan exponencial, seguir las reglas tradicionales de adquisición de unidades de almacenamiento entraña riesgos, ya que puede que nunca sean suficientes. Por eso, el enfoque tradicional de mantener en propiedad los sistemas de almacenamiento se seguirá cuestionando seriamente y las bases de datos como servicio (DBaaS) tendrán cada vez más relevancia.
Cloud es sostenibilidad
La emergencia climática es un serio problema que requiere decisiones contundentes para atajarlo. La sociedad está hoy más concienciada y reclama a empresas e instituciones –públicas y privadas— un mayor compromiso con la eficiencia y la sostenibilidad. Ningún ciudadano entiende que no se desplieguen estrategias que mitiguen la emisión de carbono a la atmósfera. Las estimaciones varían, pero según la Agencia Internacional de la Energía o la Agencia Europea del Medio Ambiente, entre otros, los centros de datos y sus infraestructuras asociadas representan alrededor del 1% del consumo energético mundial. Sólo en la región de Europa, Oriente Medio y África (EMEA) esto se traduce en más de 90 Teravatios/hora (TWh) al año, lo que equivale a satisfacer las necesidades energéticas domésticas de un país pequeño. Además, esta cifra conlleva un impacto medioambiental equivalente al funcionamiento de casi 6 millones de vehículos.
Hay muchas formas de abordar este problema: algunas organizaciones, por ejemplo, abandonan por completo sus centros de datos locales y se pasan a la nube. Sin embargo, esto no supone necesariamente un ahorro en los costes de funcionamiento. De hecho, a muchas les resulta más caro que gestionar un centro de datos in situ, y sin la seguridad presupuestaria de una instalación propia. Tampoco aborda los problemas relacionados con el calentamiento global, simplemente los convierte en un problema ajeno.
Las organizaciones públicas que puedan mostrar sus credenciales de sostenibilidad estarán mejor situadas para inspirar a las nuevas generaciones. Los CIOs de las administraciones públicas pueden abrir un camino que vaya más allá del altruismo para lograr que su ejemplo sirva también a otros. Los CIO del sector público, que son los profesionales mejor preparados en tecnología dentro de la Administración, tienen que formar parte de los comités de dirección de estas organizaciones.
La figura del CIO con conciencia sostenible es clave para que los centros de datos continúen logrando mejoras en la eficiencia energética durante las últimas décadas y es ahora uno de los más avanzados en términos de descarbonización. No obstante, sigue siendo un gran consumidor de energía y podría mejorar mucho. Para entenderlo mejor, comparto con vosotros algunas cifras:
- En toda la región de EMEA, la adopción de la hiperconvergencia tiene el potencial de reducir el consumo de energía en 56,7 TWh y reducir las emisiones en 14,2 millones de toneladas de CO²e durante el período 2022-2025.
- En 2025, un cambio completo a HCI en todos los centros de datos de Francia podría ahorrar 8,8 TWh de energía y casi 440.000 toneladas de CO²e.
No me gustaría concluir sin agradecer la oportunidad que nos brinda ASTIC para compartir en este espacio nuestras reflexiones. Nutanix nació con la vocación de simplificar las infraestructuras de TI y seguiremos trabajando para poner a disposición de las Administraciones Públicas una “infraestructura digital inteligente”, que sea flexible, sostenible, eficiente, escalable, capaz de implementarse en solo unos días, en cualquier ubicación y con un modelo de pago por uso.